Junio 2024
Ensayismo.
UN ENSAYO SOBRE EL ENSAYO.
Según una información reciente del diario EL MUNDO, el ensayo movió 150 millones de euros y vendió 75 millones de libros en España, solo durante el año pasado.
ENSAYISMO, (Anagrama), es un ensayo brillante sobre el ensayo. A lo largo de atractivos capítulos, el autor BRIAN DILLON desglosa el universo que circunda el género, observando ejemplos y autores que han desarrollado su talento a través de él. Una obra que merece la pena leer si eres amante del análisis literario, ya que son muchos los ingenios considerados. Algunos ejemplos que reposan sobre los aforismos, el fragmento, el detalle o el consuelo, etcétera, son analizados con suma delicadeza.
Y es que Dillon aborda el ensayo como un conglomerado y, citando a Schlegel: «(...) como una pequeña obra de miniatura, separada completamente del mundo circundante y, al mismo tiempo, en sí misma perfecta (...)».
Basándose en escritores como Fusali, Adorno, el citado Schlegel y por supuesto en su propio criterio, también considera recursos tan interesantes como el fragmento literario —término ya olvidado— a pesar de que, según nos narra, hasta: «(...) las obras de los autores griegos y romanos de más peso nos han llegado de forma fragmentada. En algunos casos, han desaparecido obras enteras, como el tratamiento de Aristóteles sobre la comedia».
Y destaco otro matiz: «el ensayo suele ser un fragmento en sí, puede estar compuesto de varios fragmentos».
Se pregunta, a su vez, cual es el poder de atracción del fragmento, y de nuevo ofrece respuestas interesantes, como cuando desarrolla específicamente del fragmento romántico, afirmando que es la demostración de «(...) un yo que se ha desgarrado antes de la obra».
Sin soltar la mano de Schlegel y en cuanto al diálogo: «(...) un diálogo es una cadena o una corona de fragmentos» o que «un intercambio epistolar es en gran medida un diálogo y las memorias son un sistema de fragmentos». En otra ingeniosa comparación entre los textos y las telas de arañas, son, ahora a cargo de Adorno: «consistentes, concéntricas transparentes, bien trabados y bien fijados (...)».
Para finalizar, en el mismo capítulo y en consonancia a lo anterior, hace un análisis de la palabra «texto» y su deriva del latin «textum»: red.
Brian Dillon analiza el ensayo de manera magistral, deteniéndose en aspectos que parecían olvidados. Y así, una obra sin desperdicio que de principio a fin analiza y da lecciones de escritura —y en mi opinión de lectura—, para los entusiastas del género. En conclusión: se trata de un texto poco común y altamente recomendable para los que escriben y para los que leen, y que me apetecía compartir con lectores curiosos.
Jorge Chillón
